Informe Transnacional

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Informe Transnacional

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Presentación

Este documento contiene el Informe Transnacional (IT) que presenta las principales conclusiones de las actividades de investigación llevadas a cabo durante las primeras fases del Proyecto EcoHeritage. Se trata de un análisis colectivo que presenta la recopilación de las contribuciones de Polonia, Italia, España y Portugal en sus Informes Nacionales (IN), cuando cada equipo de expertos ha escudriñado los diferentes enfoques del concepto de ecomuseo y las implicaciones observadas en un grupo de instituciones encuestadas. Además, cada equipo organizó un conjunto de entrevistas con académicos, reuniendo perspectivas relativas al marco conceptual, así como a cuestiones políticas, jurídicas, históricas y sociales relacionadas con los ecomuseos, el patrimonio cultural y el desarrollo local. Al consolidar los vínculos entre el contexto teórico de los ecomuseos y la perspectiva práctica de un programa de desarrollo de capacidades, este TR pretende contribuir a la consecución de los objetivos propuestos por el Proyecto EcoHeritage.

El enfoque metodológico fue compartido por los cuatro equipos de los países y cada uno se encargó de investigar sus contextos nacionales. Después de la ronda de reuniones iniciales, en las que se discutieron algunas ideas y perspectivas generales, se preparó una encuesta para examinar las principales cuestiones relacionadas con los ecomuseos, para abordar las necesidades de formación identificadas, y para fomentar la red de ecomuseos y la aplicación de formación basada en la web, esperando reunir un conjunto de materiales y referencias para el futuro diseño de eventos de creación de capacidad destinados a reunir a los profesionales de los ecomuseos y las partes interesadas relacionadas. Este informe contribuye a los resultados esperados para el proyecto, ya que presenta un mapa general y un informe de diagnóstico en los cuatro países, discutiendo las diferencias y similitudes, y centrándose en las necesidades compartidas para el futuro desarrollo de los ecomuseos.

Resumen ejecutivo

Objetivo del proyecto

El proyecto EcoHeritage tiene como objetivo investigar los modelos de gestión desarrollados en los ecomuseos, abordando los casos de éxito relacionados con la sostenibilidad de estas experiencias de base comunitaria. EcoHeritage pretende contribuir a la valorización de estos procesos, centrándose en su relevancia para las comunidades en el sentido de fomentar el desarrollo local y la cohesión social. Finalmente, tras identificar las principales necesidades de formación de los ecomuseos, se diseñará un programa específico de capacitación, así como una red de instituciones y sus profesionales.

Enfoque metodológico

La metodología de este informe se ha basado en una investigación conceptual teniendo en cuenta las diferentes concepciones sobre los ecomuseos en Italia, Polonia, Portugal y España. En este sentido, tras reuniones y entrevistas con académicos y otros actores relacionados, se distribuyó una encuesta a una serie de ecomuseos de los cuatro países. Los datos recogidos y estudiados han permitido conocer la situación actual de los ecomuseos y las necesidades de formación identificadas por sus profesionales.

Resultados esperados

Mapa de ecomuseos
Similitudes y diferencias en el concepto
Necesidades compartidas y posibilidades de desarrollo de capacidades

Marco conceptual

Hoy en día, es imprescindible entender el papel social de los ecomuseos para el desarrollo integral en los ámbitos local, regional, nacional, europeo e internacional, recogiendo perspectivas relacionadas con la cohesión social, la diversidad cultural, el medio ambiente y la ciudadanía global. Durante esta investigación se identificaron diferentes enfoques conceptuales y prácticos de los ecomuseos, y es imprescindible comprender que estas instituciones forman parte de un fenómeno intermitente y cambiante. Están en continuo cambio, y quizá se conviertan en otra cosa según cada contexto social e histórico diferente. Sin embargo, tal vez la cuestión principal que mantiene los vínculos entre los aspectos originales de los ecomuseos y sus perspectivas contemporáneas esté relacionada con la necesidad de responder a las necesidades de las poblaciones locales. Este informe reúne estas diferentes perspectivas e intenta abordar las necesidades y objetivos comunes relacionados con la identificación de las necesidades de formación y el fomento de las iniciativas de creación de capacidades y el desarrollo de redes sólidas.

Principales resultados de las encuestas

En el informe de diagnóstico participaron (a partir de una encuesta, entrevistas, reuniones y bibliografía) 110 instituciones, a saber: 1 socio y 22 ecomuseos en Polonia, 2 socios y 40 ecomuseos en Italia, 3 socios y 22 ecomuseos en España y 2 socios y 18 ecomuseos en Portugal.

Figura 1. Mapa de identificación de la geolocalización de los socios del consorcio y de los 102 ecomuseos participantes en Polonia, Italia, España y Portugal (incluyendo los territorios peninsulares e insulares). Escala 1-500km. Elaborado a partir de Google MyMaps.

Necesidades de formación

  •  Facilitación de procesos de co-aprendizaje;
  • Considerar la innovación como un tema transversal;
  • Mejorar los procesos de seguimiento y evaluación;
  • Potenciar la gestión basada en la comunidad;
  • Desarrollo de capacidades para las habilidades de gestión;
  • Utilizar los ODS de forma estratégica;
  • Apoyar la acción climática;
  • Fortalecimiento de las redes nacionales, regionales e internacionales;
  • Habilitación de actividades tanto en línea como presenciales;

Sugerencia de módulos para herramientas de formación, considerando metodologías horizontales para el intercambio de conocimientos y el co-aprendizaje:

Módulo I: presentación de cada territorio; Módulo II: presentación de cada comunidad; Módulo III: modelos de gestión para los ecomuseos; Módulo IV: presentación del patrimonio cultural identificado; Módulo V: mapeo de dificultades, problemas y necesidades; Módulo VI: mapeo de soluciones; Módulo VII: ODS, acción climática y las interconexiones entre las cuestiones globales y los territorios locales.

Consideraciones finales y próximos pasos

Tras esta fase de diagnóstico, las siguientes etapas del proyecto consistirán en la elaboración de un manual de buenas prácticas, un conjunto de herramientas de gestión participativa del patrimonio y REA y una aplicación de formación basada en la web. Todas estas etapas facilitarán el fortalecimiento de las redes de ecomuseos en el contexto europeo y en el extranjero, ya que podría replicarse a otros contextos y aproximarse a los ecomuseos de otras regiones y países.

Marco conceptual y proceso de institucionalización

La definición de ecomuseo a veces parece clara para los estudiosos y profesionales del sector museístico. Pero cuando se observa la historia de este concepto y los diversos enfoques que se perciben en todo el mundo, se revela una complejidad que dista mucho de ser un entorno epistemológico cómodo y tranquilo. La recopilación de los cuatro Informes Nacionales propuestos por el Proyecto Ecopatrimonio ha demostrado la diversidad con la que se ha canalizado el reciente proceso de conceptualización de los ecomuseos en contextos históricos, sociales y políticos. Cada uno de los antecedentes ha aportado diferentes enfoques sobre los usos del patrimonio cultural, así como sobre los vínculos con marcos conceptuales y legales específicos. Por un lado, España y Portugal convergen en las cuestiones sociopolíticas y las estrechas conexiones con el Movimiento Internacional por una Nueva Museología (MINOM) en la conformación de los ecomuseos y su marco conceptual contemporáneo. Por otro lado, el contexto italiano ha presentado un concepto estrechamente vinculado a los marcos de los paisajes culturales. El contexto polaco ha presentado una comprensión diversa, teniendo en cuenta sus desarrollos históricos en el período posterior a la Guerra Fría y la gestión centralizada del patrimonio cultural del país durante el siglo XX – el acercamiento a la nueva museología y a las experiencias relacionadas con los ecomuseos sólo se difundió después del año 2000 en Polonia.

El concepto de ecomuseo se creó en Francia en un momento concreto y en una situación social, cultural y económica específica: la agitación relacionada con los movimientos contraculturales de los años 60, las luchas por los derechos humanos y las respuestas de las instituciones en el diseño de las políticas culturales. En 1971, cuando se celebró la Conferencia General del ICOM en París y Grenoble, el concepto fue acuñado por Hugues de Varine. Este proceso se basó en las experiencias iniciadas años antes con la creación de los parques naturales regionales franceses a mediados de los años 60, cuando Georges Rivière y De Varine pusieron en marcha algunas experiencias de museos territoriales. A partir de 1971, el ecomuseo evolucionó hacia procesos comunitarios que avalaban el desarrollo local endógeno, convergiendo con las agendas en curso de la UNESCO que vinculaban cultura y desarrollo. Así, en 1973, en la localidad urbana de Creusot-Montceau-Les-Mines, nació el ecomuseo comunitario más referido, y desde mediados de los años 70 hasta la actualidad se han identificado un número creciente de experiencias correlativas tanto en Francia como en el resto del mundo, cada una de ellas aportando diferentes perspectivas desde sus contextos locales.

La idea de los ecomuseos llegó primero a los países francófonos, como Canadá, pero poco a poco se fue extendiendo a otros países con interés en la Nueva Museología, como Portugal, Brasil, Noruega, Italia, etc., hasta su actual expansión a otros países (Turquía, China, Japón, Mongolia, Corea, etc.). Hoy en día los ecomuseos también están reunidos en asociaciones y federaciones como EMI (Italia), FEMS (Francia), JECOMS (Japón), ABREMC (Brasil), o DROPS en todo el mundo. El proyecto EcoHeritage ha reunido la diversidad de cuatro perspectivas nacionales, aportando una comprensión general de los ecomuseos y sus especificidades locales. El proyecto está considerando los marcos conceptuales y las experiencias identificadas a nivel nacional, haciendo hincapié en la diversidad de los ecomuseos en el contexto europeo, pero también en sus desafíos históricos comunes con respecto al uso sostenible del patrimonio vivo para el desarrollo integral de las comunidades locales y las cuestiones emergentes con respecto a los objetivos de desarrollo de la ONU 2030 y la justicia climática.

La comprensión de los ecomuseos en Portugal trae un intenso debate considerando el contexto de los primeros ecomuseos portugueses, el desarrollo de los conceptos en el contexto académico y los principales actores involucrados en estos procesos. Las definiciones portuguesas mantienen asociaciones muy estrechas con los ecomuseos franceses, principalmente por los proyectos desarrollados por Hugues de Varine en Francia y Portugal, y el surgimiento del MINOM, que ha integrado perspectivas iberoamericanas y francófonas a experiencias presentes en diferentes países. Esta diversidad caracteriza los procesos desarrollados por museos, asociaciones, colectivos, organizaciones rurales y periféricas, y varias comunidades que reúnen perspectivas relacionadas con el desarrollo local y la promoción de los derechos culturales, que se observan con frecuencia en la tríada propuesta por Hugues de Varine: desde el enfoque tradicional relacionado con el edificio/colección/público hasta las ideas de patrimonio/comunidad/territorio. Italia, Polonia, Portugal y España han presentado diferentes experiencias y concepciones sobre los ecomuseos (por ejemplo, el Manifiesto Estratégico de los Ecomuseos Italianos), pero sus ideas convergen al referirse al desarrollo humano, la diversidad cultural, los vínculos territoriales, así como las cuestiones contemporáneas relacionadas con la sostenibilidad local y global.

La historia de la democracia portuguesa está estrechamente relacionada con el fuerte auge de los ecomuseos en el país desde los años 70 (Primo, 2008). Desde el 28 de mayo de 1926 hasta el 25 de abril de 1974, Portugal pasó por un largo periodo dictatorial llamado Estado Novo, presidido por António de Oliveira Salazar. Estos casi 48 años siguen presentes en la memoria social de la población, y el anhelo de libertad se hace patente en la activa movilización cultural que se percibe en todo el país en los años siguientes. En 1975, la Revolución de los Claveles (Revolução dos Cravos) puso fin a este periodo de represión, y tuvo lugar el llamado Proceso Revolucionario en Curso (PREC) que instauró un régimen democrático. Fue una época de reconstrucción de Portugal como nación y de realización de los derechos básicos de la población, incluyendo el acceso a la cultura y a la ciudadanía. A partir de este período, es posible identificar un crecimiento considerable de las actividades de las instituciones museológicas en el país, como muestra la Encuesta de Museos en Portugal, una investigación organizada por el IPM – Instituto Portugués de Museos, realizada por el OAC – Observatorio de Actividades Culturales, y publicado por el Ministerio de Cultura portugués en 1999. (Inquéritoaosmuseusem Portugal, 2000). En varias regiones del país, se ha ido configurando un conjunto de museos de base comunitaria, mostrando los esfuerzos por tener nuevos entendimientos sobre las prácticas museológicas (Brito, 1989) .

Se pueden destacar dos experiencias que indican este movimiento de renovación museológica: Ecomuseu do Seixal (1982) y Museu do Casal de Monte Redondo (1981). Estas dos experiencias revelaron la necesidad de establecer museos de base comunitaria, evitando la institución «cuyo objetivo principal era sólo la colección, la preservación y la presentación». (Moutinho, 1991, p. 79). El historiador y museólogo portugués AntónioNabais, responsable de la organización y desarrollo del Ecomuseu do Seixal, ha seguido el mismo espíritu al hablar de su experiencia y mencionar que «es un museo en crecimiento y desarrollo, que sigue los intereses de la comunidad local y al mismo tiempo sigue estudiando y recuperando el patrimonio cultural del municipio». (Nabais, 1989, p. 89). Estos museos son buenos ejemplos relacionados con esta línea de pensamiento y práctica que se denominaría Nueva Museología. En contraposición a la museología normativa y tradicional, estos nuevos procesos han apoyado proyectos que utilizaban los museos como instrumentos de apoyo al desarrollo local desde los años 70.

En 1984 el equipo del Museu do Casal de Monte Redondo tuvo la oportunidad de participar activamente en el I Atelier Internacional – Ecomuseos / Nueva Museología, que tuvo lugar en Quebec (GTP – MINOM, 1985, p. 01), en el que la Declaración de Quebec fue adoptada por 15 países diferentes representados por sus museólogos. Este documento sigue siendo reconocido hoy en día como una referencia que contiene algunos principios básicos de una Nueva Museología. A raíz de este acontecimiento, en 1985 se celebró en Lisboa (Portugal) el II Atelier Internacional – Ecomuseos / Nueva Museología, que dio lugar a la creación de MINOM – Movimiento Internacional para una Nueva Museología. El MINOM es una organización internacional afiliada al ICOM – Consejo Internacional de Museos, atenta a los cambios sociales y culturales, con el objetivo de promover el diálogo intercultural entre profesionales, colectividades y relaciones de cooperación. (Textos de Museologia. MINOM, 1991). Actualmente, Portugal cuenta con más de 40 ecomuseos identificados, y el Departamento de Museología de la Universidad de Lusófona reúne experiencias teóricas y prácticas, profundizando en los debates en torno al papel social de los museos.

El caso español tiene también algunas similitudes en cuanto a la evolución sociopolítica e histórica a partir de los años setenta. Al terminar la dictadura de Francisco Franco, surgió el Estado de las Autonomías con los órganos de gobierno regionales -comunidades autónomas- facilitando la aparición de actores políticos regionales. Tras el impulso de esas políticas regionales, las primeras experiencias ecomuseológicas llegaron a principios de los años 80, concretamente en cuatro lugares: Allariz (Galicia), Esterrid’Àneu (Cataluña), Molinos (Aragón), Tiriez (Castilla-La Mancha). Los tres primeros se han convertido en ejemplos de proyectos ecomuseológicos comunitarios tanto en la literatura especializada nacional como internacional y fueron promovidos por personas que participaron en la creación del MINOM. El cuarto ha tenido una visibilidad más limitada, debido principalmente a la desconexión con las redes internacionales. En la actualidad, sólo dos de las instituciones mencionadas continúan con el proyecto inicial: Parque Cultural del Maestrazgo (Aragón) y Ecomuseú de les Valls d’Àneu (Cataluña).

La descentralización administrativa de España hizo posible que cada región legislara en función de su diversidad cultural y natural. El desarrollo de los ecomuseos en Cataluña, Andalucía y el País Vasco, por mencionar algunos, son ejemplos de este proceso. Tras su integración en la Unión Europea, España también podría verse beneficiada con algunos fondos de desarrollo rural que han facilitado la creación de ecomuseos. Los fondos FEDER y LEADER tenían entre sus pilares la recuperación cultural y patrimonial, la participación de las comunidades, y el desarrollo de actividades económicas como el turismo, algunos temas comunes relacionados con la comprensión de los ecomuseos. El ámbito profesional y académico también ha experimentado una plausible evolución desde la década de los ochenta, principalmente relacionada con campos como el desarrollo local y comunitario, la gestión cultural y el turismo, y una referencia específica ha aportado un aspecto de profundización en el campo de la museología social y comunitaria, con el libro de Aurora León El Museo: teoría, praxis y utopía, publicado por primera vez en 1978. Este auge de la investigación y la formación especializada dio lugar a la aparición de los ecomuseos, que conectan el conocimiento académico con las experiencias prácticas. En la actualidad hay cerca de 100 ecomuseos activos en España, tal y como presenta el Informe Nacional del país. Las especificidades identificadas en el país contrastan lo diferentes que son las experiencias españolas de las prácticas originales francesas de los años 70, destacando los claros objetivos de los ecomuseos, como experiencias adaptadas a las necesidades locales expresadas por las comunidades y las personas en sus territorios.

La ecomuseología llegó a Italia en 1990, cuando se creó el Ecomuseo della Montagna Pistoiese. Desde entonces, varios proyectos han tratado de preservar y cuidar los paisajes del país. A principios del nuevo milenio, el número de ecomuseos aumentó notablemente: el primer intento de estudiar los ecomuseos del país tuvo lugar en 2002, cuando Maurizio Maggi y su equipo identificaron más de 57 ecomuseos; en 2008, un segundo intento fue coordinado por Raffaella Riva, que identificó 193 de ellos (Riva, 2008); en la actualidad, Italia cuenta con unos 240 ecomuseos. Sin embargo, la identificación de los ecomuseos en Italia representó una cuestión central durante muchos años, ya que algunos de ellos se autoidentifican como ecomuseos, aunque no defiendan ningún principio general de la ecomuseología. No obstante, es importante observar cómo las instituciones han adquirido instrumentos y metodologías comunes para aplicarlos localmente, como el inventario participativo del patrimonio cultural y del paisaje (Maggi, 2002). Además, los marcos legales relacionados con el reconocimiento institucional de los ecomuseos garantizan fondos y visibilidad para las instituciones.

Algunos de los aspectos clave identificados en el contexto italiano están relacionados con la proximidad de los ecomuseos a los paisajes culturales, así como con las legislaciones establecidas a nivel regional y destacadas por Huges de Varine: «Italia es el único país del mundo donde existen leyes especiales para los ecomuseos» (Varine, 2021). Los ecomuseos italianos tuvieron un período fructífero entre 1998 y 2007, con la discusión y el desarrollo de leyes regionales y las interacciones entre universidades e instituciones locales organizadas a nivel nacional y europeo. Los ecomuseos están ahora reconocidos por ley en quince de las veintiuna regiones o provincias de Italia, y se está creando una red nacional para facilitar la cooperación entre instituciones, académicos y comunidades, así como propuestas para una ley nacional. En 2016, la experiencia adquirida dentro de esta red se recogió en un texto común, denominado Manifiesto, que resume los debates desarrollados en los últimos años, en un enfoque profundo de las relaciones entre los ecomuseos y los paisajes culturales. Además, en los últimos años se ha debatido el papel de los museos relacionado con la acción climática, y desde 2019 los ecomuseos italianos se han sumado a proyectos de sensibilización comprometidos con la consecución de los objetivos de desarrollo de la ONU 2030 (ODS). Todos estos procesos podrían resumirse en la celebración de los 50 años de la ecomuseología en 2021, en un programa llamado “los ecomuseos son paisaje” – que reúne debates sobre temas como el bienestar, la resiliencia, la participación, la diversidad, la cadena de producción corta, la economía circular y la transmisión. Tras considerar estas especificidades, el informe nacional italiano destacó la importancia de reconocer a los ecomuseos como «instituciones mediadoras» dentro de los Observatorios Regionales del Paisaje, tal y como se contempla en el «Código del Patrimonio Cultural y del Paisaje» italiano, y también en cumplimiento de la reciente ratificación del «Convenio Faro».

En Polonia, los ecomuseos no han surgido hasta las dos últimas décadas, ya que en el siglo XX la situación política dirigida por las autoridades totalitarias no permitía un enfoque democrático de la gestión del patrimonio cultural. Las comunidades locales eran percibidas únicamente como receptoras del patrimonio, en una gestión centralizada que abordaba la interpretación del patrimonio basándose en puntos de vista obligatorios relacionados con la ideología oficial. En teoría, el patrimonio cultural solía pertenecer al pueblo y a su nación, pero en la práctica no existía un sentido de copropiedad del patrimonio. El concepto de ecomuseo no se difundía y los museólogos apenas estaban formados en los principios de la nueva museología. Los primeros proyectos destinados a difundir el concepto se pusieron en marcha en la última década, tras los acuerdos de cooperación con fundaciones de la República Checa, Hungría y Eslovaquia. Estos procesos permitieron reconocer el interés de las localidades de los cuatro países y difundir las redes relativas a las metodologías de los ecomuseos con los ecomuseos suecos (Bergslagen Ekomuseum, Ekomuseum NodreAtradalen, Ekomuseum Falbygden-Ätradalen, Gransland Ekomuseum y Emans Ekomuseum). El concepto de ecomuseo se ha promovido en Polonia gracias a dos ONGs: primero por la Fundación de la Asociación Medioambiental Polaca (hasta 2010) y la Fundación de Personas y Lugares Activos (desde 2010). Estos esfuerzos dieron lugar a la puesta en marcha de las primeras iniciativas de ecomuseo basadas en ONG locales, instituciones locales y organizaciones privadas.

Las especificidades identificadas en los ecomuseos polacos radican sobre todo en su comprensión como una red de lugares. La difusión del patrimonio cultural en las zonas de los ecomuseos hace hincapié en la colección «viva» como ilustración de los valores naturales y culturales de la región y su legado a los habitantes locales. En este sentido, se acerca al enfoque del paisaje cultural, añadiendo a su núcleo la red de centros de interpretación. Cada centro funciona como un punto con un grupo de personas que se encargan de coordinar, promover y ejecutar los proyectos de los ecomuseos, principalmente relacionados con actividades de investigación, publicación, información y comercialización. Otras actividades centrales son los talleres con productores, artesanos y artistas locales en eventos de intercambio relacionados con su proceso de creación (por ejemplo, alfarero en el torno, herrero en la fragua o el mimbre, pintor sobre vidrio en el atelier, productor de queso de oveja en la cabaña del pastor). También se hace hincapié en las relaciones que se establecen entre los museos y sus paisajes, ya que los senderos y caminos marcados facilitan el recorrido entre determinados lugares del ecomuseo. Los ecomuseos polacos también suelen elaborar un calendario de eventos, para que los visitantes puedan planificar con antelación su participación en los mismos.

El mapa de los ecomuseos en Polonia ha cambiado mucho en los últimos años. Entre 2000 y 2006 se crearon quince ecomuseos en el país. Los fondos regionales europeos, como el Programa LEADER, también han permitido la financiación de los ecomuseos, ya que estas instituciones se convirtieron en buenos socios para proyectos de cooperación, principalmente relacionados con el turismo y la educación comunitaria – en términos generales, una condición compartida con los otros tres países investigados. En 2012 se realizó una encuesta sobre ecomuseos, identificando cincuenta y seis ecomuseos, y hoy en día es muy difícil definir el número exacto de instituciones operativas, ya que son iniciativas de base, normalmente iniciadas y dirigidas por ONG locales – el Informe Nacional Polaco identificó e intentó llegar a cuarenta y cuatro instituciones basándose en una encuesta por Internet seguida de una verificación telefónica. Tras la investigación, se consideraron veintidós ecomuseos en este análisis nacional.

Las encuestas y entrevistas desarrolladas por el proyecto EcoHeritage han aportado perspectivas que reafirman estas conexiones entre los procesos políticos, los paisajes culturales, las articulaciones desarrolladas por los movimientos sociales, el compromiso con el desarrollo local, la institucionalización y las perspectivas exploradas por los ecomuseos en relación con el pasado, el presente y el futuro. Mediante el uso de un enfoque teórico, se espera que los ecomuseos sean entendidos como un recurso para apoyar las necesidades de la comunidad, así como el desarrollo integral y social. Sin embargo, como se expondrá en este Informe Transnacional, aunque se adopten perspectivas creativas en el desarrollo de sus actividades, la cultura de la innovación y el seguimiento de los impactos dentro de los ecomuseos son mejorables. En este sentido, es necesario fomentar las necesidades de las nuevas generaciones, tomando una posición para «activar la memoria almacenada, dinamizarla e imaginarla en el futuro para los jóvenes», (Luís Mota Figueira, Museu Agrícola de Riachos), para «empoderar a las comunidades para que sean los actores de su desarrollo sostenible (Hugues De Varine). También es urgente entender estos procesos en profundidad en cada uno de sus contextos, tratando de encontrar sus problemas y limitaciones, y vislumbrando sus necesidades específicas en términos de aspectos institucionales, necesidades de formación, problemas de las comunidades, etc. Hoy en día, para los ecomuseos es indispensable comprender las relaciones sociales en los niveles local, regional, nacional, europeo e internacional, recogiendo las perspectivas relacionadas con la cohesión social, la diversidad cultural y la ciudadanía global. Por último, es imprescindible comprender la volatilidad que caracteriza a los ecomuseos, teniendo en cuenta su dinámica continuamente cambiante, y el hecho de que puedan convertirse en otra cosa según cada contexto diferente. De hecho, la cuestión principal que mantiene los vínculos entre los aspectos originales de los ecomuseos y sus perspectivas contemporáneas está relacionada con la necesidad de responder a las necesidades de cambio y desarrollo de la población local mediante el uso sostenible de su patrimonio vivo. Este informe reúne estas diferentes perspectivas e intenta abordar las necesidades y objetivos comunes relacionados con la identificación de las necesidades de formación y el fomento de las iniciativas de creación de capacidades y el desarrollo de redes sólidas.

Survey Results / Data collection and interpretation process

Las primeras etapas del Proyecto Ecopatrimonio se llevaron a cabo tras una serie de reuniones de sensibilización sobre los planteamientos de los ecomuseos, la presentación del Proyecto y la definición de los contenidos de las entrevistas semiestructuradas. Las entrevistas fueron muy importantes para tener un amplio conocimiento de las especificidades de cada país y para diseñar los principales temas a tratar en el cuestionario. Las encuestas se aplicaron en las cuatro lenguas oficiales de los países participantes, realizándose entre enero y abril de 2021. Así, fue posible identificar e investigar 102 ecomuseos: 22 en Polonia, 42 en Italia, 22 en España y 18 en Portugal (listas disponibles en los anexos I y II). La encuesta se diseñó en cinco secciones, relacionadas con la identificación de las instituciones, su estructura y gestión, las relaciones humanas y las asociaciones, el enfoque de los museos hacia la innovación y, por último, el rendimiento de los museos.

La muestra era bastante diversa y se pudo percibir la representatividad de las diferentes regiones de los cuatro países investigados, no en sentido estadístico, sino facilitando una comprensión cualitativa. En Polonia, por ejemplo, estaban representadas 9 de las 16 regiones (llamadas voivodatos). Los socios españoles se pusieron en contacto con los 119 ecomuseos registrados en todo el país, llegando a la conclusión de que 92 de ellos están abiertos, 6 están cerrados y 21 aún están en proyecto. Los investigadores italianos involucraron a la red de ecomuseos del país en diferentes reuniones, y recogieron un elevado número de cuestionarios: 42 instituciones, que corresponden a más del 17% de los ecomuseos italianos. El equipo portugués se puso en contacto con 72 instituciones, entre ecomuseos, museos comunitarios y asociaciones de patrimonio, y se encuestó a representantes de todas las regiones del país, incluidas las islas.

Tras el análisis de los datos de la primera sección, se pudo observar cómo el proceso de denominación de los ecomuseos tiene enfoques diferentes en cada uno de los países investigados: en Polonia la mayoría de ellos utiliza la palabra «ecomuseo» para distinguir sus características, mientras que en Portugal se observa fácilmente que sólo 6 de ellos mantienen la terminología «ecomuseo» en sus nombres. También destaca la evidencia de algunos museos etnográficos, ya que algunas de estas instituciones conservan esta clasificación, aunque hay un cambio constatable en sus planteamientos, desde sus metodologías iniciales clasificatorias de los grupos locales hasta su apuesta por los procesos participativos y el desarrollo local. En general, las instituciones encuestadas acostumbran a mantener una profunda conexión con las preocupaciones de los ecomuseos, como el medio rural, las experiencias comunitarias, el proceso sociopolítico y el territorio local.

La estructura organizativa de los ecomuseos, cuestión abordada en la segunda sección de la encuesta, es bastante diferente a la de los museos tradicionales. Su concepción, estructura y organización (espacial y administrativa) tienen singularidades relacionadas con las relaciones profesionales que se establecen en estas experiencias de base comunitaria, y el intento de encontrar una definición cercana podría traer malentendidos relacionados con las especificidades de cada territorio. Los ecomuseos son espacios sociales y culturales que se diferencian de las organizaciones culturales tradicionales por su compromiso con el conocimiento del entorno natural y el paisaje cultural en el que se ubican, ayudando a los ciudadanos a descubrir la historia, el desarrollo y la dinámica de un territorio único y de la comunidad que lo habita. En este sentido, buscan promover la implicación y sensibilización tanto de su público como de las instituciones y la sociedad que rodea a la institución, conectando a los profesionales locales con la vida cotidiana del territorio.

La mayoría de las instituciones encuestadas cuentan con recursos humanos muy limitados – algunas de ellas sólo cuentan con uno o tres profesionales involucrados en las actividades de los museos, por ejemplo. Al abordar la identificación personal de los encuestados, la investigación pudo proponer las necesidades de formación identificadas, centrándose en los perfiles y en el público objetivo para el desarrollo de capacidades, tratando también de identificar las lagunas que podrían atraer a las personas establecidas en el territorio a las actividades realizadas por el museo. En este sentido, se pudo concluir que la mayoría de los profesionales de los ecomuseos están formados en áreas de conocimiento relacionadas con la Historia, la Arqueología, el Turismo, el Patrimonio, la Arquitectura, las Ciencias y la Administración, con una media de 40-70 años. En cuanto a la igualdad de género, la muestra ha presentado diferentes aspectos, como una distribución equitativa en España (45,5% hombres – 54,4% mujeres) y Polonia (40,1% hombres – 59,1% mujeres), y una distribución desequilibrada en Portugal e Italia, donde la mayoría de los directores son hombres. También se pudo observar que en todos los países encuestados las actividades de voluntariado son un componente central de los ecomuseos, ya que aproximadamente el 20-25% de los encuestados actúan como voluntarios en el museo y afirman que las instituciones desarrollan este tipo de acciones.

La encuesta planteó también un debate sobre la estructura de gestión de los ecomuseos. Se centró en la naturaleza y los propósitos de las instituciones considerando la relación establecida con el patrimonio cultural y la relevancia de cada espacio dentro de las instituciones. Fue notable comprender los procesos de gestión, toma de decisiones y financiación relacionados con los ecomuseos encuestados, abordando los modelos de gobernanza adaptados por cada institución. En este sentido, fue posible identificar la profesionalización de los recursos humanos y sus principales necesidades en términos de cualificación y capacitación, lo que será un punto de orientación para uno de los próximos productos del proyecto, que es una plataforma de formación. El proceso de institucionalización de los ecomuseos y la importancia de su papel en nuestras sociedades se percibe tras comprobar el porcentaje de instituciones de titularidad pública -en torno al 40-45% en Portugal, España e Italia-. Algunos de estos ecomuseos, principalmente en Portugal y España, fueron incorporados a instituciones estatales, mientras que otros grupos son operados por asociaciones – caso del 30% de los ecomuseos en España, Italia y Portugal. Por otro lado, en Polonia el 54,5% de las instituciones encuestadas son gestionadas por colectivos informales de diversas entidades (ONG, empresarios, instituciones públicas y particulares), un factor clave relacionado con el proceso de descentralización de la gestión del patrimonio cultural tras la década de 2000. Por último, los encuestados fueron muy claros cuando se les preguntó por la finalidad de las instituciones: responder a las demandas locales, como cuidar el patrimonio local, salvaguardar e interpretar el patrimonio cultural, apoyar las actividades económicas locales, potenciar la identidad local y otras cuestiones diversas relacionadas con el desarrollo local.

La tercera sección de la encuesta abordó la relación entre los ecomuseos, sus profesionales y sus comunidades, centrándose también en las asociaciones desarrolladas por las diferentes partes interesadas relacionadas con los ecomuseos. Se pudo identificar que los ecomuseos mantienen una red de asociaciones en sus territorios a menudo basada en la informalidad, como se presenta en los resultados mostrados en la pregunta 15: en los cuatro países casi todos los ecomuseos participantes tienen relaciones con una red de instituciones/asociaciones locales y con la red de ecomuseos a nivel regional. Otros casos específicos también han expuesto cómo algunos ecomuseos se institucionalizaron en estructuras locales, como los municipios, un caso común en los contextos italiano y portugués. Además, algunos modelos de gestión -como los encontrados en Polonia- también revelan una comprensión diversa sobre cómo los ecomuseos tienden a funcionar como estructuras basadas en redes, establecidas como iniciativas de base con diferentes tipos de asociaciones e instituciones locales relacionadas con el turismo, la educación y el desarrollo local, convocando también a diversas personas: artistas, artesanos y productores. Por último, es importante observar cómo los Fondos Europeos para el desarrollo regional han facilitado el desarrollo de los ecomuseos, haciendo hincapié también en las necesidades de creación de capacidades dirigidas al diseño de proyectos, una prueba de las interconexiones locales, regionales y globales para la financiación de proyectos basados en la comunidad.

Los procesos de innovación desarrollados por los ecomuseos se examinaron en la cuarta sección. A primera vista, hay un porcentaje representativo de respuestas positivas relacionadas con el uso de la innovación por parte de los ecomuseos – considerando tanto las nuevas actividades como las mejoras, más del 50% de los ecomuseos portugueses y más del 80% de las instituciones italianas respondieron positivamente, y en el caso polaco, el 55% de los encuestados utilizan la innovación para nuevas actividades y el 71% para mejoras. Por otro lado, sólo el 45% de los museos españoles ha desarrollado nuevos procesos de innovación y el 36% ha innovado en la mejora de sus actividades existentes. Es necesario abordar la comprensión de la innovación para interpretar los datos de este apartado, ya que algunas instituciones han incluido el uso directo de las tecnologías, por ejemplo, como innovación.  La cultura de la innovación debe abordarse de forma transversal en los ecomuseos, utilizando el desarrollo de capacidades y las herramientas contemporáneas para desarrollar procesos de innovación específicos relacionados con varias actividades de los ecomuseos -comunicación, investigación, uso de tecnologías locales, sostenibilidad para los procesos basados en la comunidad, nuevas ideas para el desarrollo local, acción climática, compromiso de la comunidad, alternativas al desarrollo social territorial, etc. Todos estos procesos podrían abordarse utilizando los beneficios de las redes de ecomuseos, tanto a nivel local como regional e internacional. Los ecomuseos acostumbran a mantener fuertes lazos con otras instituciones, una tendencia revelada, por ejemplo, por la proporción de asociaciones desarrolladas por las instituciones encuestadas en actividades de investigación: El 87% de los ecomuseos portugueses, el 76% de los italianos, el 74% de los españoles y el 10% de los polacos -recordando que en el caso de Polonia, el 54,5% de la naturaleza de los ecomuseos es ya el resultado de colectivos informales de diversas entidades (ONGs, empresarios, instituciones públicas y particulares).

La interpretación de los datos recogidos permitió comprender que los temas de innovación son reconocidos como relevantes. Sin embargo, parece que los museos no ofrecen actividades de sensibilización o formación en el ámbito de la innovación. Todavía no está claro si este hecho se debe a la falta de información sobre el amplio campo de la formación para la innovación, ya sea en relación con los posibles modelos o con los contenidos a tratar. También es importante destacar que esta falta de formación del personal de cada museo (técnicos, coordinadores, voluntarios) puede extenderse también a los miembros de la comunidad que participan en este tipo de instituciones, ya que los paradigmas de los ecomuseos se basan en la participación y el compromiso de la comunidad. Por último, no hay datos que sugieran la preocupación por involucrar a los diferentes públicos (ocasionales y permanentes) en los procesos de reflexión y actuación como agentes de innovación en la vida de los ecomuseos. Este estudio reveló que los museos son en su mayoría compradores de tecnologías existentes en el mercado, pero no pueden identificar las necesidades de desarrollo de herramientas tecnológicas específicas dirigidas a sus propios contextos para resolver sus problemas específicos. La idea de innovación es bien recibida y encuentra su lugar en el desarrollo de los servicios que se prestan en cada museo. Pero, al mismo tiempo, esta misma idea no se articula con la mejora de los procesos ni con la necesidad de promover en los museos (personas y comunidades implicadas) la formación para la innovación, con el objetivo de añadir valor a los servicios que cada museo puede o pretende ofrecer, así como a la mejora de los procesos que pueden conducir a nuevos o mejores servicios. Es necesario potenciar una cultura de la innovación en las instituciones culturales y en los ecomuseos, evitando una perspectiva de entender la innovación sólo como la creatividad de los individuos, y desarrollando políticas de formación, capacitación y organización sostenida en este campo del conocimiento.

La sección 5 aborda cuestiones relacionadas con el desempeño de los museos, como el papel de los ecomuseos en sus territorios, los procesos educativos desarrollados localmente, la función estratégica de los ODS, y la identificación de cómo la pandemia de Covid-19 ha impactado en las actividades de los ecomuseos. Los ecomuseos encuestados sirven para desarrollar diversas iniciativas, incluyendo proyectos dedicados a mejorar la identidad local, promover la cohesión comunitaria, fortalecer la equidad de género, proteger el medio ambiente y fomentar el desarrollo económico. Todas las acciones citadas tienen una influencia expresiva en la mejora de la cohesión social y el desarrollo sostenible. Es significativo que el 20% indique una visión integral del patrimonio, convergiendo términos como paisaje cultural y embellecimiento del municipio, relación del hombre con la agricultura, paisaje natural, etc. Este enfoque presenta confluencias hacia la idea de paisaje cultural, en línea con la Mesa Redonda de Santiago de Chile de 1972 y con el Convenio del Paisaje del Consejo de Europa (2000). Los paisajes naturales y culturales fueron contemplados tras las respuestas de los ecomuseos en diversos términos: en Polonia, las menciones al patrimonio natural se relacionan con términos como medio ambiente (45,45%), biodiversidad (31,81%) y ecosistemas (18,18%); el paisaje cultural es especialmente considerado en Italia (82,1%) y Portugal (66,7%). Existe una amplia gama de actividades desarrolladas por las instituciones relacionadas con los paisajes naturales y culturales, e incluye visitas guiadas, talleres temáticos y eventos coordinados con las escuelas y otras instituciones en los que participan todos los grupos de edad, desde los niños hasta los mayores.

Necesidades de formación

La diversidad de experiencias se puso de manifiesto en los diferentes enfoques de los ecomuseos observados en cada uno de los cuatro países analizados. Posteriormente, fue posible identificar algunos aspectos que convergen a un terreno común relacionado con los recursos humanos de los ecomuseos y las necesidades de formación actuales. Una alta proporción de gestores y trabajadores no tiene una formación específica en museología: España – 71,4% para los gestores/85% para el resto del personal; Polonia – 88%/90%; Italia – 79%/74%; Portugal – 40%/80%. Sin embargo, cuentan con otro tipo de formación de otras áreas de conocimiento y disciplinas como historia, arqueología, biología, ciencias ambientales, ciencias sociales, turismo, etc. Como la mayoría de las instituciones encuestadas están abiertas a desarrollar y recibir iniciativas de capacitación, teniendo en cuenta su articulación territorial y los aspectos generales de la gestión de los ecomuseos, el esfuerzo por encontrar confluencias se resumió en las principales cuestiones para organizar los próximos pasos del Proyecto EcoPatrimonio. La importancia de los instrumentos, enfoques y metodologías de formación específicos para los ecomuseos se puso de manifiesto tras el estudio de las instituciones de los cuatro países, y las directrices generales de este informe garantizarán la correcta disposición de los instrumentos de formación y el desarrollo preciso de redes sólidas, considerando un enfoque amplio para llegar a los ecomuseos activos, las instituciones inactivas y los ecomuseos proyectados.

Las principales necesidades identificadas por el proceso de investigación proporcionaron algunas directrices a los temas centrales de la capacitación, que podrían retomarse en algunos temas: el desarrollo de competencias para la gestión de proyectos – articulando las necesidades locales a las habilidades de planificación; el desarrollo de competencias para la creación de proyectos relacionados con el patrimonio cultural local; el desarrollo de competencias para la implementación, gestión, seguimiento y evaluación de proyectos; entre otras especificidades. Para ello, se pueden considerar tres enfoques: la formación técnica en museología, como los procesos de planificación, conservación y documentación de los museos, que podría relacionarse con la ecomuseología, como los inventarios participativos del patrimonio cultural, la gestión, la planificación y el intercambio de conocimientos; y las competencias de gestión necesarias para desarrollar proyectos holísticos teniendo en cuenta sus impactos económicos, sociales, medioambientales locales y globales, así como las posibilidades de financiación y de sostenibilidad de los mismos. En este sentido, la innovación se consideró un tema transversal dirigido a todos los procesos de capacitación, ya que es una vía indispensable para fomentar las iniciativas de los ecomuseos al destacar su papel social en todas las sociedades y su importancia para el desarrollo local e integral. Los ecomuseos acostumbran a estar estrictamente vinculados a sus territorios, y el reto de encontrar problemas y soluciones similares tras potenciar el proceso de intercambio -en línea o presencial- podría reforzar su papel como instituciones culturales y sociales.

La idea de compartir conocimientos podría reunir esta diversidad de experiencias potenciando los procedimientos ascendentes con debates horizontales para un proceso de co-aprendizaje en el que cada institución y sus profesionales podrían encontrar similitudes y problemas, necesidades y objetivos comunes. La universidad, en este sentido, podría ser un espacio para compartir conocimientos académicos y tradicionales, conectando esta diversidad de orígenes y considerando las perspectivas locales tan válidas como los conocimientos de los académicos. El principal reto es encontrar las mejores formas de desarrollar el programa de formación, considerando un enfoque atractivo para los profesionales, el público y los socios de los ecomuseos. Los módulos de formación deben servir para mejorar los servicios de los museos y sus relaciones con las comunidades, y, en términos de efectividad y aplicabilidad, algunos temas específicos deben ser abordados en una clara conexión entre las agendas locales y globales: los usos estratégicos de los ODS; la acción climática; la innovación; el seguimiento y la evaluación; etc. Todos estos temas están interconectados en una perspectiva de proporcionar herramientas para el desarrollo de proyectos e investigaciones. En definitiva, aún considerando el uso de herramientas online como esencial, principalmente por el contexto de la pandemia, es indispensable considerar la importancia de los eventos presenciales, ya que el museo como espacio de encuentro es una de las principales características de los ecomuseos. En los próximos meses se podrá encontrar la forma de equilibrar las herramientas online con los eventos presenciales, siempre teniendo en cuenta la importancia de gestionar la normativa sanitaria.

Una de las posibilidades sugeridas durante las entrevistas consiste en eventos de intercambio entre ecomuseos: «lo ideal sería hacer una residencia para un grupo de 10/15 personas que van a vivir la realidad del museo durante una semana: estar allí, dormir, sentir la emoción del museo con sus grupos». (Emanuel Sancho, Museu do Traje de São Brás do Alportel). En este sentido, se podría elaborar un borrador estructurando módulos a cada sección, considerando un ambiente de co-aprendizaje donde cada uno de los ecomuseos y profesionales participaría en una dinámica de igualdad, mediando las presentaciones y tratando siempre de utilizar la perspectiva tridimensional de los ecomuseos: territorio/pueblo/comunidad. El planteamiento principal se basa en el intercambio de experiencias, por ejemplo, organizado en este modelo de 8 módulos Módulo I: presentación de cada territorio; Módulo II: presentación de cada comunidad; Módulo III: modelos de gestión para los ecomuseos y técnicas y metodologías para la participación de la comunidad; Módulo IV: presentación del patrimonio cultural identificado; Módulo V: mapeo de las dificultades, problemas y necesidades; Módulo VI: mapeo de las soluciones; Módulo VII: ODS, acción climática y las interconexiones entre las cuestiones globales y los territorios locales; Módulo VIII: herramientas para el seguimiento y evaluación de los resultados e impactos de los ecomuseos en sus territorios.

Consideraciones finales y próximos pasos

Este informe ha planteado varios retos relacionados con los ecomuseos en Italia, Polonia, Portugal y España. ¿Es posible llegar a un entendimiento común sobre los ecomuseos en cuatro países con tantas diferencias? ¿Cómo descubrir y centrarse en el establecimiento de una base común para el desarrollo de capacidades y para el fortalecimiento de las redes, teniendo en cuenta la evidencia de estas diferencias y distancias? Estas preguntas, así como muchas otras cuestiones, han seguido la recopilación de información para elaborar este informe. Cada uno de los contextos estudiados tiene diferentes perspectivas de gestión de su patrimonio cultural, sus museos y sus paisajes, así como diversos marcos institucionales y conceptuales. El documento se elaboró entonces con una tarea: encontrar convergencias para abordar las necesidades de formación de los ecomuseos y sus comunidades. Además, el enfoque metodológico combinó datos cualitativos y cuantitativos para una amplia comprensión de los contextos estudiados: los grupos de discusión, las entrevistas con académicos, las reuniones y una encuesta fueron muy útiles para enriquecer la interpretación de los contextos y establecer una pauta realista para los siguientes pasos.

Un evento fue especialmente importante para la interpretación de la ecomuseología contemporánea: Torre de Babel – Gente de museo en diálogo. Fue organizado como una serie de webinars por la Universidad de Lieja UR Interfacultaire AAP (Arte, Arqueología y Patrimonio) de febrero a abril de 2021. El equipo de EcoHeritage estuvo representado en el evento, con seminarios específicos dirigidos por Judite Primo, Mario Moutinho, Oscar Navajas Corral y Raul Dal Santo. También participó Hugues de Varine, que aportó una perspectiva actualizada sobre los ecomuseos y los principales elementos relacionados con la comprensión de su papel en las sociedades, así como sus retos y necesidades: una amplia implicación de las comunidades para las que y con las que los ecomuseos planifican y ejecutan acciones para el uso sostenible del patrimonio vivo orientadas al desarrollo local integral; una comunicación eficaz también de forma interpretativa; la formación del personal, en particular de los voluntarios y de la comunidad local también para el desarrollo de servicios innovadores; seguimiento participativo también a través de herramientas de autoevaluación; medición de los impactos de las actividades; actividad fluctuante debido a problemas financieros y a la pandemia; vocación educativa referida a los distintos grupos de edad y de forma cooperativa y relativa al patrimonio in situ en particular del paisaje cultural; interés en seguir adoptando los ODS 2030 como objetivos transversales en su propia actividad.

Esta etapa de diagnóstico permitió comprender los contextos identificados en los cuatro países. Los marcos conceptuales, institucionales, legales y prácticos son diversos, pero convergen a una comprensión asociada a la concepción original de los ecomuseos relacionada con la tríada patrimonio/comunidad/territorio. Además, los ecomuseos están estrictamente conectados con su tiempo, actualizados con temas contemporáneos relacionados, por ejemplo, con la justicia cognitiva, el desarrollo social, las cuestiones de género, los ODS y la acción climática. Las siguientes etapas del proyecto consistirán en la elaboración de un manual de buenas prácticas, un conjunto de herramientas de gestión participativa del patrimonio y REA, y una aplicación de formación basada en la web. Todas estas etapas facilitarán el fortalecimiento de las redes de ecomuseos en el contexto europeo y en el extranjero, ya que EcoHeritage podría reproducirse en otros contextos y también aproximarse a los ecomuseos de otras regiones y países.

Coordinadores científicos

Nunzia Borrelli, Silvia Dossena, Barbara Kazior, Mario Moutinho, Marcelo Murta, Óscar Navajas, Manuel Parodi-Álvarez, Lisa Pigozzi, Raul dal Santo, Julio Seoane, Maristela Simão, Lucia Vignati